En la Isla flotante de los Uros había una pareja que no podía tener descendencia. Ambos se sintieron tan tristes que la mujer se dirigió a las orillas del Lago Titicaca y con gran fervor para solicitar el milagro de tener un hijo. Prometió con mucha fe criarlo y cuidarlo muy bien si esto sucedía. Un día, en las afueras de la casa de la totora, los padres escucharon el llanto de un bebé. Al dirigirse hacia la zona donde se escuchaba el ruido, se toparon con un niño de cabello rubio, sin duda era el regalo del lago.
Amaru el hijo amado, comenzó a ayudar en las tareas del hogar con el tiempo. Así que salió a pescar con su padre, mientras estaban en su balsa de totora, el padre le contó al niño que había una sirena que concedía deseos a todos los niños que obedecían.
El niño Amaru estaba ansioso por conocer a la sirena y cada tarde iba a pescar cerca del lago para verla. Después de pasar días, una tarde sintió que el anzuelo se había anclado a algo pesado. Se sorprendió mucho al ver que la persona que salía del lago era una mujer hermosa con cola de sirena, asustado, le pidió disculpas por el daño causado por su anzuelo, pero la sirena no le dio importancia a la herida, estaba emocionada por ver al niño y le hizo prometer que se verían más adelante, el niño le pidió de deseo a la sirena un juguete, el cual fue concedido.
Después de un tiempo, la madre del niño enfermó gravemente, y Amaru buscó desesperadamente a la sirena. La sirena sin dudar ni un minuto, le dio unas hiervas de las profundidades del Titicaca para preparar un mate curativo, y el pequeño lo hizo junto a su padre, lo que resultó en la mejora inmediata de la madre.
Un día, mientras padre e hijo pescaban, le dijo a su hijo:
“Amaru, nuestra vida es difícil, pero tú, que puedes hablar con la sirena, pídele que te regale un poco de oro porque eso nos ayudaría mucho”, dijo.
Sin entender el significado, el niño no lo dudo y le hizo el pedido a su amiga, la sirena, al día siguiente, su compañera del lago le entregó un recipiente de oro. El niño le entrego el recipiente a su padre, al enterarse de esto, los amigos del padre decidieron capturar a la sirena para encontrar la fortuna de donde consiguió el recipiente de oro. Asi que armaron el malicioso plan y siguieron a Amaru cuando visitaba a la sirena, aprovechando ello la atraparon con una red echa por ellos.
Al no poder entablar ninguna conversación, comenzaron a maltratarla y Amaru no entendía lo que pasaba hasta que la sirena murió y se convirtió en una mujer completa desapareciendo por completo luego del suceso. El niño con mucho dolor ante lo sucedido se lanzó al lago y se alejó de los humanos al transformar sus extremidades inferiores en una cola de pez.
Amaru se convirtió en un tritón, pues era hijo de la sirena. Mientras se iba lanzó una maldición. El pueblo flotante que había dañado a su madre, jamás encontraría un lugar estable dónde vivir.